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La contaminación del aire en Asia y las soluciones que despejan la bruma

¿Cómo va a detener Asia la grave contaminación atmosférica instigada por el desarrollo? (parte 2)

30 August 2019

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Tailandia: Soluciones creadas a escala

Otras comunidades rurales de toda Asia se han unido para apoyar soluciones contra la contaminación atmosférica local por una razón que no requiere explicaciones: el beneficio económico.

En las montañas de Chiang Mai, una ONG llamada Warm Heart (Corazón Cálido), fundada por el Dr. Michael Shafer y su esposa Evelind Schecter, está ayudando a las comunidades agrícolas a mejorar su aire enseñándoles a producir biochar (biocarbón), un material versátil, similar al carbón – que se puede usar para abonar terrenos esquilmados, como combustible para cocinar sin humo, o como suministro de energía industrial – e incentivar los resultados con dinero en efectivo.

Cada primavera, la quema anual de rastrojos en el norte de Tailandia invade el aire de la montaña con un humo espeso que es perjudicial para la salud general en la región, para la esperanza de vida y para el turismo. Este año, el aire de Chiang Mai ha sido el más contaminado del mundo durante un incendio forestal, consecuencia habitual de la quema de rastrojos. Tras la cosecha del maíz, los miembros de la comunidad con capacidad para trabajar se dirigen al sur en tropel durante la temporada baja para encontrar un empleo más rentable, dejando a los agricultores con más trabajo del que pueden realizar. Como era de esperar, los campesino – a menudo gente mayor – prefieren quemar el rastrojo de maíz que llena sus campos antes que recoger los afilados restos bajo un sol abrasador.

Warm Heart ha establecido un sistema cooperativo de voluntariado que permite a los agricultores optar por su programa de biocarbón. Shafer y su equipo enseñan a los granjeros a recolectar el rastrojo de sus campos y convertirlo en biochar.

Shafer no intenta cambiar la mentalidad de la gente ni de las futuras generaciones sobre el cambio climático. En lugar de eso se centra en los beneficios prácticos que van a marcar la diferencia de forma inmediata y perceptible en las comunidades agrícolas.

“Nuestro objetivo es conseguir que ‘no quemar’ sea más rentable que la quema”, dice Shafer. “En concreto, queremos hacer que el biocarbón sea más rentable que la quema [de rastrojos]. Por eso, en lugar de dar conferencias, les dijimos que si lo hacían les pagaríamos. Nos hicieron 15.000 bolsas de biocarbón”.

Shafer, que se define a sí mismo como realista, cree que el cambio climático y la contaminación atmosférica son preocupaciones lejanas para los campesinos que trabajan en niveles de subsistencia. Con la creación del prototipo de cooperativa de biocarbón en Mae Chaem, Shafer y la ONG Warm Heart esperan hacer crecer su modelo por imitación, más que por intervención.

“El modelo de empresa social de biocarbón está diseñado para ser imitado”, dice. “Es pequeño, barato y flexible. Cualquier aldea en cualquier parte del mundo en desarrollo debería ser capaz de adaptarse para encajar”.

A escala: El enfoque ambicioso y autoritario de China

En China, las soluciones como el biocarbón tienen la ventaja de la financiación gubernamental, lo que facilita un avance más rápido y a mayor escala. Sin embargo, las regulaciones radicales añadidas, tan típicas de la política gubernamental china, a veces se adelantan a las alternativas sobre el terreno de las personas interesadas.

Durante los últimos inviernos, los ateridos campesinos de las provincias del norte fueron noticia cuando el gobierno rescindió su prohibición de quemar carbón en áreas donde la demanda de gas superase con creces al suministro.

Judith Shapiro, experta en desarrollo sostenible y autora del libro “Desafíos ambientales de China“, califica la obsesión con los objetivos como algo “susceptible de distorsión”.

Aunque las campañas de represión del gobierno resultan eficaces en cierto sentido, Shapiro afirma que “existe una fuerte tendencia a trasladar el daño ambiental a las poblaciones más vulnerables de las zonas rurales, en el oeste de China e incluso en el extranjero, en lugar de abordar los problemas desde su raíz”. Por eso, mientras el aire mejora en las ciudades orientales más ricas como Pekín y Shanghái, a cientos de kilómetros al oeste las poblaciones rurales continúan sintiendo los efectos de los “atajos de producción y el uso prolongado de materiales tóxicos condenados a resultar obsoletos”.

En un intento por elevar la exigencia de responsabilidades, el gobierno central de China anima a la gente a denunciar ante las autoridades a los contaminadores ilegales. El profesor Yuan Xu, líder del Programa de Política y Gestión Ambiental de la Universidad China de Hong Kong, dice que estas denuncias son tan numerosas que las autoridades locales – con las que Xu trabaja en el este de China – afirman dedicar más del 60% de su tiempo a investigarlos.

Los críticos de este sistema, incluido Xu, dudan que esto derive finalmente en un uso provechoso de los recursos: “Por ejemplo, con las centrales eléctricas de carbón, mucha gente cree haber identificado a un contaminante cuando en realidad es vapor de agua. Ellos [el Departamento de Protección Ambiental local] cuentan con recursos limitados, y es un desperdicio gastarlos en inspecciones que no son las adecuadas”.

Xu alberga una mayor esperanza en los enfoques holísticos que hacen uso de tecnologías como la imagen satelital, que se está utilizando ya para detectar la quema de rastrojos.

“Estamos mirando cómo utilizar la tecnología para reformar el sistema actual”, asegura. “Vemos que el gobierno chino está buscando activamente el uso de datos satelitales y de las redes sociales, los censores y otras formas de recopilación de datos para pillar a los contaminadores ilegales y a los líderes del gobierno local que no hagan su trabajo”.

Soluciones regionales en el Hindu Kush

A menudo, incluso las soluciones sencillas que cumplen con su objetivo tardan años en ponerse en marcha. En India – donde el gobierno ordenó la conversión de los hornos de ladrillos más antiguos en hornos de zigzag nuevos y más eficientes para julio de 2018 -, un informe del Centro de Ciencia y Medio Ambiente (CSE) demostró que solamente un tercio de los hornos encuestados en el norte de India había sido reconvertido en la fecha requerida.

Según el informe, la conversión en hornos de zig zag podría reducir las emisiones derivadas de la producción de ladrillos hasta en un 70%, una reducción significativa para una de las industrias más contaminantes de India. Sin embargo, el informe de CSE afirma que solo alrededor del 20% de los hornos convertidos en Delhi son ejemplo de “buena conversión”.

El Centro Internacional para el Desarrollo Integrado de las Montañas (ICIMOD), organización intergubernamental centrada en la preservación de los ecosistemas en el Himalaya del Hindu Kush, ha puesto en marcha con éxito las estrategias de conversión de hornos de ladrillos en Nepal desde 2015. A raíz del devastador terremoto de Gorkha en 2015, el científico senior de ambiente atmosférico y gestor de programas del ICIMOD, Arnico Panday, vio una oportunidad entre los escombros de los hornos antiguos.

“Teníamos un período de tiempo limitado para reunir a ingenieros, propietarios de hornos de ladrillos, legisladores gubernamentales y arquitectos para tener una reunión consultiva para diseñar un horno más eficiente, o para reconstruir los hornos de una manera más rentable y mejorar la instalación y el rendimiento de la combustión, explica Panday.

Se decidieron por una versión del horno en zigzag que reduciría el uso de carbón en un 30%, lo que reduciría las emisiones de CO2 y los costes de insumos de los propietarios de los hornos, y reduciría las emisiones de carbono negro y PM2,5 en aproximadamente dos tercios.

“Los primeros propietarios de hornos que trabajaron con nosotros en Katmandú se entusiasmaron mucho con esto, y de hecho lo promovieron entre sus amigos y colegas”, dice Panday, “por lo cual no costó mucho tiempo convertir los 100 hornos del valle de Katmandú”.

El ICIMOD publicó un manual de diseño para enseñar a los propietarios a reconstruir sus hornos rotos para que necesiten menos carbón, para producir menos contaminación, fabricar un mayor porcentaje de ladrillos buenos. La organización continúa trabajando con los propietarios de hornos en Nepal, así como en Pakistán e India, con la esperanza de actualizar todos los hornos de la región de Hindu Kush con diseños más eficientes.

¿Qué es lo que funciona y por qué?

Aunque el enfoque de China pueda ser imperfecto, posee una ambición que a menudo no coincide con la de otros gobiernos asiáticos, ya sea por falta de urgencia o por desorganización, lo que conduce a incumplimientos sin resolver, a objetivos no cumplidos, o a la sensación de impotencia.

La ONU elogia las mejoras realizadas en Pekín y Shanghái. Fabian, de la Unidad de Calidad y Movilidad del Aire de la ONU para Asia y el Pacífico, afirma su esperanza de que los informes – como la documentación de la ONU sobre los largos años de experiencia de Pekín y Shenzhen, ciudades que están reduciendo con éxito los altos niveles de contaminación del aire – circulen como una especie de anteproyecto para otras ciudades asiáticas que estén sufriendo o vayan a sufrir altos niveles de contaminación.

“La experiencia está ahí, la tecnología está ahí”, afirma Panday. “La conclusión es que los gobiernos deben actuar y el sector privado debe actuar”.

El cierre total de las centrales eléctricas de carbón y la sólida inversión en vehículos eléctricos están cambiando rápidamente el aire de China para mejor, aunque algunos analistas como Xu y Shapiro aseguran que existe a largo plazo la seria necesidad de tomar un conjunto consistente de prácticas que tengan en cuenta la demografía y los matices de determinados sectores, en lugar de aplicar un enfoque punitivo estándar para todos.

Las soluciones prácticas diseñadas por organizaciones como ICIMOD, CERE y Warm Heart no dependen de los controles del gobierno ni de las amenazas que se incumplen reiteradamente, ni ponen la carga sobre los que trabajan para mantener un nivel de vida modesto de la única forma que saben. Sus soluciones ofrecen una alternativa que es beneficiosa para todos los agentes involucrados directamente, y para el medio ambiente.

Probablemente, muchas ciudades y gobiernos de Asia podrían aprender de los informes de la ONU sobre la limpieza de 20 años liderada por el gobierno de Pekín, pero también hay mucho que aprender de los actores más pequeños, como las comunidades, la gente de buen corazón abierta a escuchar, por un aire limpio y un futuro más brillante.

Article by Viola Gaskell.
Editing by Mike Tatarski and Anrike Visser.
Illustrations by Imad Gebrayel.

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