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Una Soga Llamada Microfinanzas

3 October 2018

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Los agricultores de la India no parecen poder escapar de la trampa que suponen las deudas de las microfinanzas. Esto ha llevado a algunos de ellos incluso a suicidarse. ¿Qué podría salvarles la vida?

Mientras sus dos hijos pequeños jugaban y se divertían fuera de casa, Mohan se encontraba reflexionando sobre sus deudas. No iba a llegar a suicidarse por ello, dijo, aunque sus padres lo hubieran hecho.

Al igual que ocurre con una enfermedad contagiosa, en primer lugar, la deuda afectó al padre de Mohan, quien, incapaz de hacer frente a sus préstamos, decidió envenenarse. Después pasó a su madre, que heredó la deuda después de que su marido se suicidase. Estuvo intentando reunir el dinero durante casi 4 años. Al final, acabó por tirarse a un pozo. Ahora, le corresponde a Mohan hacer frente a la deuda.

En tres años desde que visitó por primera vez a esta familia en la región de Maharashtra, en la parte central de la India, lo único que permanecía inalterable era la vaca de la familia: tal como fue anteriormente, la encontraron atada a la casa, ajena a los inventos humanos, como son los préstamos y el dinero.

Antes de ocuparse de sus tierras por la mañana temprano, casi todos los hombres de la aldea se unieron a nuestra conversación en mayo de este año. Todos tenían préstamos, ya que no existía otra forma de conseguir dinero para sustituir las herramientas de la granja viejas o rotas, o para comprar semillas nuevas. Además, todos ellos se encontraban en dificultades para devolver los préstamos, aunque esta situación se la guardaban para ellos. Por una parte, se encontraban avergonzados, pero tampoco deseaban que los demás supieran de sus deudas, ya que esto les haría aún más difícil conseguir otro préstamo.

Se acercaba la temporada de siembra cuando hicimos nuestra visita. La cosecha del pasado año no dio suficientes beneficios, por lo que para poder comprar semillas nuevas, Mohan tenía que solicitar otro préstamo. De las 200.000 rupias indias (unos 2,900 dólares americanos) que su padre debía, más de los ingresos medios de un agricultor durante dos años, él ya había devuelto 160.000Rs al Banco Estatal de la India. Aparte de las 40.000 rupias por devolver restantes, Mohan sacó otro préstamo a su nombre por valor de unas 70.000 rupias más.

Estas son unas cantidades normales, en Maharashtra, casi el 60 por ciento de los hogares tiene algún préstamo pendiente por un valor medio de 54,700 rupias, según el organismo “National Sample Survey Office”. La mayoría de los prestamos los conceden instituciones prestamistas, como las sociedades cooperativas y los bancos. En el caso de Mohan, el Banco Estatal de la India fue el que le concedió el préstamo. El banco no respondió a nuestra solicitud de información. Los prestamistas privados representan sólo una pequeña parte de los préstamos.

El gobierno de la India ofrece ayudas de 100.000Rs para dar apoyo a las personas que tienen que pagar créditos que hayan sido heredados de familiares que se hayan suicidado, pero sólo en el caso de que la deuda provenga de instituciones gubernamentales, como los bancos nacionales, no de prestamistas privados.

Mohan tuvo que emplear la mayor parte del dinero de la ayuda en invertir en su granja en dificultades. Las plagas, como la del gusano rosado del pasado año, son cada vez más frecuentes, la dificultad de acceso a los puestos en el mercado y la dependencia de los intermediarios han reducido los márgenes de beneficio para la soja, el algodón y las lentejas, además, el cambio climático ha traído sequías devastadoras que también han diezmado las cosechas.

Pero los bancos, los prestamistas privados y las instituciones microfinancieras fueron implacables: ya sea vivo o muerto, los préstamos deben ser devueltos. Han hecho responsables a los cónyuges, padres, niños e incluso a los vecinos de los préstamos pendientes de difuntos deudores. Algunos, como muestran nuestras entrevistas, se han suicidado para escaparse, aunque sus deudas permanecen, dejando tras de sí un rastro de desesperación.

La desesperanza que estos préstamos han provocado se estaba empezando a hacer claramente visible a nuestros ojos. Podríamos sentirla, mirando a los hombres y a todo su pueblo. “Bebo cada noche para olvidar”, confesó Gajanand Jogi. La gran mayoría de su pueblo también lo hacía.

En enero del año 2017, el Buró Nacional de Registro de Crímenes publicó información, por primera vez, sobre las causas de los suicidios entre los agricultores. Afirmaba el suicidio entre los agricultores es de “vital importancia” y debe ser un tema del que se encargue el gobierno; la mitad de la población depende, directa o indirectamente, de la agricultura.

En el año 2015, la principal causa de suicidios entre los agricultores era la quiebra o el endeudamiento, con un 40 por ciento, casi el doble que el año anterior. La sequía o las malas cosechas, que aparecen enumerados como problemas relacionados con la agricultura, fueron las razones para que se produjeran el 20 por ciento de los suicidios.

En el estado de Karnataka, la deuda fue la principal causa de cada 4 de 5 suicidios de los agricultores. En Maharashtra, la media fue un poco más alta que la resto del país, con casi un 43 por ciento.

Si queremos llegar a entender por qué muchos agricultores han llegado a tal nivel de endeudamiento como para suicidarse, primero tenemos que entender por qué se encuentran endeudados. Kishore Tiwari, presidente de la organización “Farmers Distress Management Task Force”, destinada al alivio del sufrimiento de los agricultores, y líder del grupo de defensa de los mismos, Vidarbha Jan Andolan Samiti, está en posición de darle una explicación a la complejidad del problema.

“Los suicidios de los granjeros son un indicativo. Son un reflejo de la profundidad de la crisis”, dijo, explicando que los problemas de los agricultores y la deuda se encuentran estrechamente vinculados. Según Tiwari, la sequía, las plagas, los bajos precios de venta de los cultivos y la recesión económica, junto al estrés social, llevan al endeudamiento y, por lo tanto, al suicidio entre los agricultores. “La gente se encuentra en problemas económicos. Esa es la verdad,” Continúa Tiwari.

El caso es que los suicidios entre los agricultores no son algo nuevo en la India.

En el año 2005, la asociación de agricultores “All India Biodynamic and Organic Faming Association” se dirigió al Tribunal Superior de Mumbai para expresar su preocupación por los suicidios de los agricultores. La asociación estaba muy preocupada por los 644 suicidios de los que se informó en Maharashtra, entre marzo del año 2001 y diciembre del año 2004 (para comparar, tan solo en el año 2015, la cifra llegó a unos alarmantes 3.030 suicidios). Por aquel entonces, el tribunal reconoció que se necesitaban investigar las razones.

En su informe, averiguó que “la pérdida repetida de las cosechas y la incapacidad para asumir el creciente coste de los cultivos, además del endeudamiento, parecen crear una situación que obliga a los agricultores a suicidarse”.

En los años 2005 y 2006, el gobierno echó el cierre a 50 sucursales de cuatro instituciones microfinancieras (IMFs) en Andhra Pradesh, siguiendo las denuncias por la falta de ética en los cobros, por sus prácticas financieras ilegales, como la toma de ahorros y los altos tipos de interés.

No obstante, el crecimiento de este sector no se detuvo después de eso y así continuaron las prácticas de cobro inmorales. Era algo normal tener varios préstamos por prestatario y, para el año 2010, el Banco Mundial descubrió que la cantidad de préstamo media por hogar en Andhra Pradesh era del triple que la del siguiente estado más grande. En consecuencia, fueron saliendo a la luz informes que vinculaban las deudas con el aumento en los suicidios.

El Banco de la Reserva de la India intervino y dictó una serie de directrices reglamentarias para el control de los precios, márgenes, aprovisionamiento y métodos de recuperación. Sin embargo, el marco legal y el fuerte y continuado rendimiento financiero (fuera de Andhra Pradesh), trajo realmente un incremento de financiación al sector que permitió el crecimiento, según un estudio realizado por la “Smart Campaign”, que aboga por la inclusión de principios para la protección de los clientes en la industria de las microfinanzas.

Ahora, los expertos están advirtiendo otra vez, tal como hizo M. S. Sriram, un profesor en el “Centre for Public Policy” (centro para política pública) del Instituto de Administración Bangalore, fue la persona que descubrió que el sector se encontraba creciendo a un ritmo frenético. “El sector está mostrando signos de sobrecalentamiento y las predicciones de muchos son que se está formando una burbuja como la de la construcción del año 2010”, en un informe financiero del año 2016 en la India. En el informe se señala que algunos clientes tenían préstamos pendientes de hasta cinco fuentes distintas y que, como algunas instituciones están recibiendo informes de los suicidios de los clientes, los vigilantes de este sector están expresando su más profunda preocupación sobre este fenómeno.

“Los suicidios de los granjeros están resultando ser un genocidio perpetrado por el estado”, afirma Tiwari en la entrevista en el vídeo anterior, y, de esta forma, nos fuimos a hablar con el gobierno. ¿Qué es lo que están haciendo los políticos ahora para proteger y ayudar a los agricultores? La oficina del distrito de Deoli, lugar en el que vive Mohan, se encarga de recoger datos sobre los suicidios de los agricultores que se producen allí y reconoce que suceden estos problemas, dijo Bulutai Bhagwat, oficial del distrito y ex-agente de policía. Una de sus iniciativas es la de tratar de aumentar los ingresos que tienen los agricultores, por ejemplo, ofreciendo a 150 pueblos la oportunidad de recibir un subsidio de 1,500 rupias para que monten granjas de gusanos de seda. No obstante, ella dijo que sólo se interesaron tres pueblos en este proyecto. “Desconozco por qué los demás ni lo intentan”, dijo Bhagwat. Para averiguarlo, fuimos a esos pueblos: a Fatehpur, Bhidi y Sonegaon.

En Sonegaon, descubrimos que la granja de seda cerró hace ya 2 o 3 años. En Bhidi, empezaron con una granja de seda hace ya un año y medio, pero no han producido nada de seda todavía. Las moreras necesitan tiempo para crecer, nos contaron los agricultores, lo dificulta dar de comer a los gusanos durante los dos primeros años.

Cuando empezamos a preguntar en Fatehpur, se nos acercaron dos hombres en moto para mostrarnos su granja de seda.

“Al principio, los gusanos de seda nos funcionaron. Simplemente se morían por el calor”, dijo Amol Malotrao Dhakulkar, un agricultor de 27 años de edad, mientras masticaba tabaco. Estábamos en mayo y habían 45 grados centígrados, el mes más caluroso de todo el año. Los hombres se dieron cuenta de que, para poder sobrevivir, los gusanos necesitaban protección contra el fuerte Sol. Desde el gobierno, se dijo que ayudarían, pero no cumplieron su promesa, comentó. “Así que decidimos hacer uno por cuenta propia,” dijo señalando un cobertizo para vacas reconvertido que se encontraba ubicado en medio de un campo de algodón.

Aunque hayan recibido una subvención, los hombres han tenido que aprender el cultivo de la seda por su cuenta. Pidieron ayuda a un experimentado agricultor de la seda, pero su primera cosecha tuvo un coste de unas 10.000 rupias entre árboles, gusanos y trabajadores.

Sin embargo, el beneficio fue solo de 13.000 rupias, dejando un beneficio muy escaso para repartir entre las tres familias que habían invertido en el negocio. “Eso es insuficiente para que tres familias puedan vivir”, dijo Dhakulkar, explicando por qué todavía necesitaban dedicarse al cultivo de la soja, el algodón y las lentejas. Sin embargo, la principal ventaja de los gusanos de seda es que a ellos no les afecta el exceso o la falta de lluvia, simplemente hay que protegerlos de ella y, para eso, las familias están planeando construir un cobertizo más grande a prueba de lluvia.

En una granja de nombre Garniche, fundada por Vaibhav Panpaliya, se ha empleado otra estrategia diferente. Panpaliya es ingeniero mecánico y director del programa de desarrollo “Make a Difference” (marcar la diferencia), una ONG que ayuda a los niños acogidos en orfanatos y refugios callejeros. Este hombre decidió montar una granja para llegar a entender mejor las dificultades que los agricultores afrontan. “Viniendo de Nagpur, leí mucho sobre los suicidios de los granjeros (en las noticias) y quería ser de ayuda. Pero primero necesito entender los problemas en los que se encuentran de los agricultores para poder ayudar, por lo que decidí convertirme en agricultor”.

En Garniche, se producen frutas y verduras para el mercado local, en lugar de cultivos comerciales destinados a la exportación, como es el algodón, esta es una de las muchas iniciativas que planea introducir para aumentar los ingresos y la resiliencia de los agricultores.

Panpaliya cree que, para que la tasa de suicidios descienda, en primer lugar, hay que ayudar a los agricultores a evitar caer en trampas de deuda. Pero, ¿qué opciones tenemos para los agricultores que ya se encuentran endeudados?

Según la “Smart Campaign”, si los agricultores ya se encuentran en dificultades financieras, apenas existe indulgencia. En el informe se entrevistó a personal de varias cooperativas, consorcios, ONGs y IMFs, tanto de origen indio como internacional. Se descubrió que las microfinanzas en la India son, principalmente, facilitadas a través sistemas basados en grupos, en los cuales los individuos son responsables de los préstamos de cada uno de los otros.

En la práctica, este modelo basado en el grupo significa que normalmente se utiliza la presión a los iguales para cobrar los pagos. Cuando una persona deja de pagar las cuotas, el prestamista puede arrastrar a los familiares y a los vecinos. Las reuniones con el deudor pueden durar entre 5 y 6 horas, tanto como sea necesario para que los empleados de la IMF consigan que el deudor pague su deuda.

Si la presión a los iguales no produce los resultados que se esperan y el deudor se suicida, los miembros del grupo, familiares e incluso otros habitantes del pueblo son los responsables de hacer frente al préstamo, “implicando que, en efecto, varios cientos de personas podrían acabar siendo responsables del pago de los préstamos de los demás”.

Esta parece ser el procedimiento de operación estándar, por otra parte, la negociación con los morosos suele ser algo excepcional. Una miembro del personal de una institución financiera (IMF) informó de que existen tres verdaderas razones para justificar la morosidad: la migración, la sequía y las emergencias sanitarias. Sólo si se encontrasen bajo unas circunstancias adecuadas, podría decidir mostrar clemencia el gerente regional, las plagas, como la del gusano rosado del algodón del año pasado, o los bajos precios del mercado no valen. Aparte, la mayoría de las IMFs no cuentan para nada con unas políticas formales para negociar con los morosos.

Por lo general, incurrir en el impago de un préstamo llevará a una mala calificación crediticia, lo que prácticamente imposibilitará conseguir otro préstamo en el futuro. “Los impagos eran algo poco común porque los clientes habían sido informados desde el principio sobre las implicaciones de tener una mala clasificación de crédito”, se decía en el informe. Las IMFs no ofrecen la posibilidad de reestructurar los préstamos, porque los clientes al final volverán a liquidar sus antiguas deudas.

El Banco de la Reserva de la India ha intentado crear los centros “Financial Literacy” y “Credit Counselling Centres” (FLCC), destinados a intentar ayudar a los afligidos prestatarios a negociar un plan de gestión de deudas. “Sin embargo, una evaluación realizada en el año 2012 puso de manifiesto que los centros FLCCs estaban siendo poco utilizados, mal promocionados por los bancos y no llegando al grupo de clientes objetivo”, descubrió la “Smart Campaign”.

Para evitar que más agricultores se suiciden, los bancos y los reguladores tendrán que implementar gran variedad de medidas, incluyendo trabajar en el desarrollo de planes de pago viables, revisar el sistema de préstamos teniendo más en cuenta los medios de los que dispone el cliente para devolver un préstamo, así como un enfoque diferente para llevar a cabo el cobro de las deudas. Al mismo tiempo, el gobierno de la India necesitará encontrar la manera de poder mejorar la vida de los campesinos para evitar desde el principio que caigan en la trampa de la deuda.

Presumiblemente, esta es una tarea de titanes, pero algunos de los agricultores ya van un paso por delante del gobierno. Por ejemplo, Dhakulkar y Meshram, que llevan exitosa granja de gusanos de seda, declaró que su próxima aventura es la de cultivar perlas.

“Vimos un vídeo de YouTube de un hombre de la India cultivando perlas en un estanque”, dijo Dhakulkar.

El autor conoce el nombre completo de Mohan y, aunque el aceptó hablar con Global Ground y que se publicase su historia, hemos decidido utilizar sólo su primer nombre para protegerlo a él y a su familia.

Si necesita ayuda o si conoce a alguien que la necesite, por favor, póngase en contacto con nosotros a través de la línea de apoyo contra el suicidio más cercana.

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